Creación otoño 2027
Este espectáculo aborda, de forma poética, la cuestión de las personas percibidas como diferentes.
A través de la metáfora del niño-árbol, nos invita a reflexionar sobre cómo aceptar nuestras diferencias.
Un proyecto contra el acoso y todas las formas de discriminación.
Un proyecto sobre la riqueza de nuestras diferencias, un proyecto que habla de amor.

«En la escuela donde estudiaba, había un niño-árbol.
Su cuerpo estaba cubierto de ramas, de corcho, y los viernes, de musgo.
Todos se burlaban de él, porque en lugar de beber agua,
se echaba los vasos sobre la cabeza.
En el recreo, nadie quería jugar con él.
El niño-árbol amaba jugar con el viento.
Un día, fuimos a la piscina con la profesora.
Todos pensaban que el niño-árbol se iba a hundir,
pero nadaba con gracia.
La profesora preguntó: «Niño-árbol, ¿dónde aprendiste a nadar?»
Y él respondió: «Aprendí a nadar… en el agua».
